Gregal o Levante.., a menudo garantía de una navegada fuera de la zona de confort.
Es el oleaje forzudo en la orilla que muchas veces te dificulta la entrada al mar. A las malas te escupa con un revolcón, devolviendote tu equipo en trozos. Son días de gloria o de agonías, pero una alternación bienvenida después de las apacibles brisas del verano.
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